Por: David Ordaz

En lo que podría ser la noticia económica del año, México y Estados Unidos anunciaron una alianza para explorar oportunidades para aumentar y diversificar el mercado global de semiconductores (chips) y crear una de las cadenas de valor más importantes a nivel mundial.

En medio del enfriamiento entre Estados Unidos y China, donde el vecino del norte busca depender menos del mercado asiático, el Departamento de Estado informó que se asociará con el gobierno de México en un momento donde nuestro país es considerado como el destino principal para la relocalización empresarial o nearshoring.

Dicha alianza se realizará bajo la tutela del Fondo Internacional de Seguridad Tecnológica e Innovación, creado en 2022 en el marco de la Ley CHIPS firmada por Joe Biden, que, entre otras cosas, asigna importantes recursos (500 mdd divididos en 100 mdd por año durante 5 años, iniciando en 2023) para la investigación y fabricación de semiconductores, así como promover el desarrollo y adopción de redes de telecomunicaciones.

De acuerdo con el comunicado del Departamento de Estado estadounidense, la fase inicial de esta alianza bilateral comprende un análisis y evaluación del ecosistema de semiconductores, el marco regulatorio que lo compone y el escenario relativo a la infraestructura y fuerza laboral.

En el caso de México, esta revisión será efectuada por el gobierno federal, gobiernos estatales, empresas, centros de investigación e instituciones educativas, que servirá como base para futuras iniciativas conjuntas y con ello hacer crecer esta industria.

Una de las fortalezas para el bloque es el Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), donde México se ha consolidado como el segundo socio comercial de EUA y es un aliado estratégico para incentivar la llegada y creación de empresas e integrarse a la cadena de suministros de semiconductores, dando mayor transparencia a través de la digitalización.

“Esta colaboración subraya el potencial significativo para expandir la industria de semiconductores de México en beneficio de ambas naciones y se basará en la cooperación existente bajo el Diálogo Económico de Alto Nivel bilateral y el proceso de la Cumbre de Líderes de América del Norte”, apunta el Departamento de Estado.

En el entendido que México es actualmente un destino ideal para la atracción de inversiones ante la reconfiguración de cadenas de suministro globales, entre ellas, de las industrias de alta tecnología como la de semiconductores, nuestro país estaría superando la proveeduría de chips desde Asia, y que se vio interrumpida por la pandemia COVID-19, provocando interrupciones constantes y afectaciones en los fabricantes automotrices, de equipos electrónicos, electrodomésticos, médicos, entre otros.

Es cierto que la producción de estos bienes se detuvo, pero no así la demanda, que incrementó a medida que se levantaban las restricciones sanitarias en todo el mundo. Con esta asociación, la finalidad es asegurar la cadena de suministro y el abastecimiento, así como hacer frente a posibles y futuras interrupciones. Además, se regresaría a la región de Norteamérica su papel preponderante y las empresas manufactureras de microcomponentes irían tras un mercado de inversiones estimadas en 52,000 millones de dólares que hoy se encuentran en diferentes regiones del mundo.

Para entender el potencial del mercado, en la actualidad alrededor del 80% de la manufactura mundial de semiconductores está concentrado en Asia y en 2022, las ventas globales de chips se aproximaron a los 600,000 millones de dólares y el sector se expanda este año, según datos de Boston Consulting Group y Statista.

En lo que se considera la triple hélice, tanto gobiernos, empresas e instituciones académicas deben contar con acciones concretas que vayan acorde a las oportunidades tecnológicas y cumplir con la demanda global de microprocesadores que se prevé, aumente 5% en 2030 hasta convertirse en el sector que logre el trillón de dólares al final de la década.

Nuestra forma de vida actual está regida por el consumo y uso de una diversidad de productos tecnológicos que están sujetos a baja calidad, escasez y aumento de precios, entre otros factores, por lo cual, los semiconductores serán quienes den vida a una cadena de suministro que debe ser resiliente y balanceada. Es por ello que, capitalizando esta oportunidad, se impulsaría la economía regional, se atraería mayor inversión extranjera y podría llevar a México y a la región Norteamérica a un lugar de competitividad global.

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