Al presentar información privada y sin confirmar, de un periodista, el presidente abrió una gran caja de pandora, prendió el ventilador y salpicó en quien menos esperaba: Daniel Chávez Morán, dueño de Grupo Vidanta y empresario clave para su gobierno y sus negocios.
Por: David Ordaz
Alguna vez escuché la frase: ‘no pongas mierda en el ventilador porque al final todos van a salir salpicados’. Y eso es lo que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador con el caso del periodista Carlos Loret de Mola.
La investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y Latinus, sobre una mansión con valor de 1 millón de dólares en Houston, Texas, donde vivió su hijo José Ramón López Beltrán y su esposa Carolyn Adams, desató la ira del presidente, pero también, dejó evidencia de sus límites y sus alcances.
El reportaje tiene varias aristas. Cuestiona la retórica de austeridad del presidente con la ostentosa realidad en que vive su hijo mayor, evidencia la relación de un alto ejecutivo de una empresa contratista de Petróleos Mexicanos y puso en el centro del reflector un tema criticado siempre por López Obrador: el conflicto de interés.
En ese contexto, al presentar información privada y sin confirmar, de un periodista, el presidente abrió una gran caja de pandora, prendió el ventilador y salpicó en quien menos esperaba: Daniel Chávez Morán, dueño de Grupo Vidanta y empresario clave para su gobierno y sus negocios.
En junio de 2020, durante el banderazo inicial para la construcción de diversos tramos del Tren Maya, el presidente de México anunció que ese empresario sería “supervisor honorífico” de la obra con el objetivo de garantizar que los consorcios constructores no retrasaran ni inflaran el presupuesto asignado.
Según López Obrador, la vocación de servicio y cultura del esfuerzo de Chávez Morán, lo colocaban como el perfil perfecto para revisar el avance de uno de los proyectos insignia su administración.
“Vamos a contar con el apoyo del empresario Daniel Chávez Morán. Daniel Chávez es empresario del sector turístico de México, tiene dimensión social, es el empresario del sector de turismo más importante de México. La empresa que creó, que fundó, es la que más turistas extranjeros trae al país y es de las empresas que más introducen, auspician la llegada de divisas a México, de las empresas turísticas más importantes”, dijo en aquella ocasión desde Palenque, Chiapas.
Desde ese día, el presidente descartó que la participación de Chávez Morán en el desarrollo del Tren Maya derivara en un posible conflicto de interés debido a que Grupo Vidanta no realizaría ninguna inversión alrededor de esta obra y el empresario no cobraría por sus servicios al Estado.
“Él viene de abajo, repito, de la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, y ahora, como muchos otros, quieren ayudar, y como no está en sus empresas, no hay conflicto de intereses, no va a cobrar, él me va a representar como supervisor para que me presente periódicamente informes sobre el avance del Tren Maya. De esa forma vamos a trabajar y a concluir con esta importante obra”, señaló.
Tres meses después, en una entrevista con El Sol de México, el entonces director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, reveló que, tanto Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur) como Grupo Vidanta estarían fuera del Tren Maya.
Desde el inicio de su gobierno, López Obrador informó que Daniel Chávez forma parte de su consejo asesor de empresarios, posteriormente se convirtió en asesor para el Tren Maya, pero su poder de influencia creció en Palacio Nacional.
EL REY DEL TURISMO
Daniel Chávez es un empresario poco común. Quien lo conoce sabrá que prefiere una guayabera que traje y corbata. De carácter extrovertido y cabello largo, el chihuahuense comenzó su carrera a los 21 años construyendo casas de hospedaje hasta levantar su primer hotel, Paraíso Mazatlán.
Los últimos 25 años ha sido uno de los empresarios más relevantes del país. Su conglomerado opera desarrollos turísticos, centros de entretenimiento, parques temáticos, campos de golf, espectáculos internacionales, constructoras, fundaciones y un aeropuerto.
A finales de la década de los 90´s, se consolidó como el líder en la industria turística, a través de los tiempos compartidos. A través de marcas como Mayan Palace, erigió hoteles de lujo en destinos como Puerto Peñasco, Los Cabos, Nuevo Vallarta y en la Riviera Maya.
En 2016, firmó un convenio con el Cirque du Solei en Playa del Carmen donde tiene su sede. En sus destinos ha levantado campos de golf y parques de diversiones. Además, apostó por abrir la primera línea mexicana de cruceros establecida en el Mar de Cortés para viajar por las Islas Revillagigedo.
LA IMPORTANCIA DE LA ZONA MAYA
Fundado en 1974, Grupo Vidanta opera importantes desarrollos turísticos de lujo en el país, sin embargo, la Riviera Maya es una región clave en el futuro, más ahora que se proyecta la gran obra turística y de infraestructura para la península: el Tren Maya.
Actualmente, ese conglomerado de la familia Chávez Morán posee un desarrollo hotelero denominado Grand Luxxe, considerado como el resort más lujoso de la línea. Además, está el parque acuático Jungala Luxury Waterpark, que opera desde 2019.
“No escatimamos gastos para crear la experiencia vacacional más lujosa que México pueda ofrecer. Todo en Grand Luxxe ha sido diseñado pensando en su comodidad. La lujosa decoración de sus vestíbulos y pasillos con exóticos acabados y esculturas y pinturas de creación exclusiva; espacios habitables de ensueño amueblados con lo mejor; piscinas y playas privadas; y en todo momento con la atención personalizada de nuestro equipo atendiendo todas sus necesidades”, destaca la compañía en su sitio web.
Ese complejo turístico está ubicado en el kilómetro 48 de carretera Cancún-Playa del Carmen, Quintana Roo, una de las vías que se verían impactadas con el Tren Maya, sin embargo, en diciembre pasado, el director de Fonatur anunció otro cambio más a la ruta del tren. Originalmente, la vía correría sobre un piso elevado al centro de la autopista 307, desde Playa del Carmen hasta el Aeropuerto Internacional de Cancún pero con el cambio, ahora pasará a un costado de la carretera, del lado de las líneas de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y paralelas a la carretera 307 que va de Cancún a Tulum.
Todo esto se replanteó, después de que empresarios, como Vidanta, señalaron que las obras no beneficiarían al turismo, sino que afectarían los accesos a las zonas hoteleras. Con esta decisión, el proyecto del Tren Maya tendría que erogar alrededor de 1,000 millones de pesos a la compra de terrenos para obtener el derecho de vía.
Cabe recordar que el presupuesto original del Tren Maya era de entre 120,000 y 150,000 millones de pesos y hoy ya suma 200 mil millones de pesos.
EL FUTURO DE PUERTO PEÑASCO
En 2021, Daniel Chávez donó un terreno de 2,000 hectáreas en Puerto Peñasco, Sonora, para la construcción de un parque solar de la CFE. Dicho predio se ubica en la misma región donde están los hoteles The Grand Mayan y Mayan Palace, además del Aeropuerto Internacional de Mar de Cortés.
“Con un área dos veces el tamaño de la isla de Manhattan, nuestro complejo Puerto Peñasco es la extensión territorial más grande de Grupo Vidanta y reúne los requisitos para contar con su propio espacio aéreo”, dice en su sitio web.
De acuerdo con datos de la Plataforma Nacional de Transparencia, Vidanta ha obtenido permisos para sus empresas filiales como Desarrollo Marina Vallarta S.A. de C.V.; Servicios Operativos Los Cabos S.A. de CV; Vidanta Golf, Vidanta Entertaiment S.A. de C.V.; Promociones Vacacionales S.A. de C.V. y RLG Arrendadora de Inmuebles S.A. de C.V, dirigidas a actividades como construcción, entretenimiento, turismo, alimentación, gimnasios, spa, campos de golf, recolección de sargazo, entre otras.
Específicamente en Puerto Peñasco, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) le otorgó una concesión a la empresa Desarrollo Marina Vallarta S.A. de C.V., para obtener más de 975,000 metros cúbicos de aguas residuales al año para riego de un campo de golf ubicado en ese sitio.
VÍNCULOS CON LOS LÓPEZ
En agosto de 2020, Gabriel García Hernández, entonces coordinador de Programas Integrales de Desarrollo del Gobierno de México, informó que la Fundación Delia Morán de Grupo Vidanta, desembolsó 200 millones de pesos para la compra de 400,000 cachitos de la rifa del avión presidencial y reveló que los usaría para donarlos a 50,000 escuelas de zonas marginadas.
La fundación Delia Morán (madre del empresario) fue fundada en 1988 y, de acuerdo con su sitio oficial, trabaja en servicios y programas extracurriculares para niñas y niños de bajos recursos en la Riviera Nayarit.
En una visita por su sitio web, Grupo Vidanta, además de promover sitios turísticos de lujos y sus demás amenidades deportivas y entretenimiento, incorporó a sus menús de alimentación y cafeterías, bebidas con y sin alcohol de la marca Chocolates Rocío, empresa de la que son propietarios los tres hijos del presidente López Obrador.
“Rocío elabora el chocolate de la más alta calidad de México a partir de granos de cacao orgánico cultivados y cosechados en Tabasco. ¡Pruebe el singular sabor de nuestra bebida frozen de chocolate Rocío, servida con mezcal o sin alcohol”, se lee en el sitio.
Grupo Vidanta tiene como accionistas a Érika e Iván Chávez, hijos del empresario, pero también, son socios de Karla Wiedemann, con quien formaron la empresa KEI Partners, “especializada en proyectos innovadores que apoyan las necesidades únicas y crecimiento de las comunidades circundantes”.
Tras el escándalo de la casa que ocupó López Beltrán y su esposa Carolyn Adams, el hijo mayor de López Obrador reveló que sus ingresos provienen de ser asesor en KEI Partners.
De acuerdo con lo dicho por López Beltrán y Adams, ambos desconocían que la residencia que habitaron fuera de Keith Schilling, un exejecutivo de la compañía Baker Hughes, contratista de Pemex y quien recibió asignaciones de Petróleos Mexicanos por 194 millones de dólares.
Para la petrolera mexicana, Baker Hughes es una de las 4,500 firmas que le prestan servicios, con una facturación de más de 7,500 millones de pesos.
David Ordaz 
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